martes, 14 de agosto de 2012

DIARIO EL CORDILLERANO - 04 NOV 2012

Afirmaciones en múltiples lenguajes
UNA NOCHE POR LA IDENTIDAD

En la segunda jornada de la movilización, la sala de teatro de la UNRN cobijó poesía, homenaje, teatro y música.
Nuevos respaldos a las demandas de las Abuelas de Plaza de Mayo, algunos sumamente talentosos.

Los tambores, a la espera para entrar en acción.En general, todos sabemos quiénes somos. O al menos, como nos llamamos... No es el caso de los 400 nietos que todavía buscan las Abuelas de Plaza de Mayo, cuyas identidades también resultaron secuestradas durante la última dictadura militar. Como esa herida permanece abierta, año tras año reverdece en esta ciudad la Semana por la Identidad que al principio, surgió alrededor del teatro pero que felizmente, se abrió hacia otros lenguajes hace tiempo.

En la noche del sábado, por ejemplo, confluyeron la poesía, la murga, el arte dramático y la música. En el marco de la descentralización que propuso la organización para la edición 2012 del evento, le tocaba a la sala de teatro de la Universidad Nacional de Río Negro cobijar los acontecimientos. Y afortunadamente, el reducto quedó pequeño para albergar a la gente que se dio cita a la hora señalada.

En rigor, las cosas comenzaron antes de que se diera sala. En efecto, mientras la gente aguardaba que el elenco de “Mastica, saborea y traga” se pusiera a punto, jovencitas del Instituto de Formación Docente comenzaron a susurrar poemas a quienes prestaran oídos. La expresión debe tomarse de manera literal, a tal punto que los tubos en cuestión se denominan susurradores. Virginia Schuvab le dijo a un hombre de este diario que es una práctica que se originó en Francia y que a través de talleres, se difunde en el ámbito donde se forman las futuras docentes rionegrinas. La lectora lee el texto desde un extremo del susurrador y el oyente, pone su oído en el otro. El resultado es precisamente, versos que llegan al escucha de manera susurrante. Desde ya, se eligieron poemas que tuvieran que ver con la temática de la identidad.

Después, todavía fuera de la sala, le tocó a la murga “La rotonda” convocar ritmo y color. Muchachas y muchachos residen en Dina Huapi y le pusieron muchas ganas al preludio. Una de sus integrantes recordó que la festividad del carnaval resultó prohibida por la última dictadura militar, en su afán de destruir cualquier manifestación que tuviera ribetes populares. Es más, la murguista apuntó que no pocos integrantes de murgas fueron desaparecidos durante el período.
   
Remarcar el sentido

Todavía antes de que la gente ingresara, Marta Navarro, una de las organizadoras de la Semana por la Identidad 2012, recordó a grandes rasgos el sentido del cónclave artístico. Después, sólo quedó dejarse impresionar por la trama que propusieron las actrices y actores que forman parte de la carrera de Teatro de la UNRN. Jorgelina Paravano, Emilia Linardi, Juan Veneziale y Santiago Cámpora ponen en escena desde el año pasado una obra que resulta de la investigación que desarrollan durante su formación. “Mastica, saborea y traga. Común silencio” se entromete de manera hermética en la tenebrosa relación que establecieron un torturador y su víctima, con el resultado de un hijo. A través de un lenguaje teatral donde predomina el despliegue físico junto con un texto muy elaborado, la obra arremete contra la perpetuación del silencio pero también pone en dudas los estereotipos que se instituyeron a la hora de historiar el período de la dictadura.
Después del momento teatral, Schuvab se adueñó de la escena para leer poemas de cuatro poetas desaparecidos durante el terrorismo de Estado. Más allá de sus diversas estéticas, no pudo dejar de conmover la corta edad que contaba cada uno de ellos al momento de sufrir los secuestros. Inclusive, impresiona el carácter premonitorio que adquirieron varios de los textos que compartió la lectora. Hay reflexiones que no se terminan nunca.

A.M.


Percusión y palabra

La contribución de la música estuvo a cargo de Anahí Mariluan y varios de los participantes de sus talleres. En este caso, la reivindicación del derecho a la identidad también recaló en la perspectiva de los pueblos originarios, ya que ritmos mapuches afloraron en los temas de su autoría que interpretó. Además, se insinuó poderosa la formación de cinco bombos legüeros y voz que se desplegó bajo su coordinación. Luego, subieron a escena otros percusionistas para completar una concentración importante de músicos en escena que elevó el tono emotivo de la noche.

Para el cierre, quedó la poeta Marcela Saracho, que en base a personalidad y firmeza logró recapturar la atención de los presentes, luego de un amague de dispersión después de la música. Más que leer, Saracho interpreta sus poemas, tan desopilantes como filosos. La escritora es capaz de ponerle poesía a la multitud de leyendas que cualquier mortal lee cada día, del tipo “Recarga virtual” o “Abierto al público”, con el agregado de rastros barilochenses muy claros. Palabras mayores...Una tremenda afirmación de la identidad, claro.